Reseñas e000244
Una necesaria perspectiva histórica sobre los
linchamientos en México
A necessary historical perspective on lynchings
in Mexico
Fecha
de recepción: 01/06/2022
Fecha
de aceptación: 21/06/2022
Fecha
de publicación: 08/11/2022
https://doi.org/10.48102/if.2022.v2.n2.244
Josué Francisco Hernández Ramírez*
ORCID:
https://orcid.org/0000-0002-4490-6037
Maestro en Ciencias
Sociales y Humanidades
Universidad
Iberoamericana, Ciudad de México
México
Palabras clave
Linchamientos
en México, historia de los linchamientos, control social, violencia colectiva,
poder y violencia.
Keywords
Lynchings in Mexico, history of lynchings,
social control, collective violence, power and
violence.
Kloppe-Santamaría, Gema
(2020). In the Vortex of Violence. Lynching, Extralegal
Justice, and the State in Post-Revolutionary Mexico. University of California Press. 212 pp.
El
libro de Gema Kloppe-Santamaría es una contribución
importante al estudio del fenómeno de los linchamientos en México, pues
consiste en una revisión de casos en un periodo de tiempo que no había sido
considerado en las aproximaciones al tema en el siglo XXI. Así, estira la
narrativa política y mediática de que los linchamientos se tratan de eventos
relativamente recientes que han ido en ascenso por la situación de criminalidad
y violencia que atraviesa el país, o en la que los relaciona con los cambios
sociales producidos por el neoliberalismo.
Esto no niega la relación que estos factores han tenido
en la incidencia de linchamientos recientes; sin embargo, sí hace énfasis en la
necesidad de identificar dimensiones más complejas y las relaciones en los
contextos locales en donde ocurren. Por ello, la investigación que la autora
nos entrega tiene el propósito de pensar las lógicas de poder y patrones de
continuidad y cambio que caracterizaron los linchamientos en un periodo de
tiempo que comprende entre la década de 1930 y la de 1950 (Kloppe-Santamaría,
2020, p. 34). En ese marco, busca dar cuenta del entramado de estas lógicas y
las dinámicas de exclusión, inclusión y dominación que se produjeron o fueron
producidas con los linchamientos.
En los 366 casos recogidos en fuentes periodísticas,
reportes policiales, correspondencias y peticiones a autoridades de alto nivel,
hay un corpus interesante para la clasificación y análisis en el que identifica
desde formas de resistencia en los linchamientos hasta expresiones de violencia
promovidas y aceptadas por autoridades. Esto recuerda aquel breve debate que
Carlos Vilas (2001; 2002) y Antonio Fuentes y Leigh Binford (2006) esbozaron
acerca de la posibilidad de que el Estado también linchara; debate que no
prosperó en esos términos, pero que nos remite a pensar la manera en la que el
Estado se ha ido incorporando, apropiando y concretizando de diversas maneras
en los aspectos cotidianos de los contextos locales, especialmente en entornos
populares.
Kloppe-Santamaría
parte de la existencia de ese entramado complejo de prácticas, significados,
intereses políticos y distribución de poderes locales para desarrollar su
argumento. Dada la escala de la investigación, no existe una descripción
detallada de alguna trama particular, pero sí contextualiza adecuadamente el
momento histórico que enmarca las expresiones de violencia colectiva que ha
revisado. En principio, se trata del momento de consolidación del Estado
después de la Revolución mexicana, y la implementación de una política
educativa permeada por ideas socialistas, la reforma agraria y la búsqueda de
institucionalizar su presencia a lo largo del país.
Estas políticas no pasaron sin tensiones. La élite
católica enarboló un discurso en favor de la defensa de los valores religiosos
y en contra de los maestros y la educación socialista. Durante la Segunda
Cristiada, docenas de ellos fueron víctimas de ejecuciones o intentos de
linchamientos (Kloppe-Santamaría, G., 2020, p. 92).
Esta resistencia de matices religiosos se alineaba con los intereses políticos
y conservadores de otras élites, por lo que, como se expresa más adelante en el
libro, el linchamiento se trató más de un instrumento de control social que de
un medio de emancipación (Kloppe-Santamaría, G.,
2020, p. 224), pues la defensa de los valores católicos constituyó una fuente
de legitimación para la violencia.
Ante la respuesta violenta que se tuvo con la política
educativa, el gobierno mexicano mesuró su abierto anticlericalismo para
reemplazarlo por un discurso de unidad nacional. Sin embargo, el fervor de
dicha respuesta enarbolada por la defensa de los valores católicos
conservadores, lejos de disiparse, se desplazó contra población protestante,
que fue expulsada, amenazada o linchada en las dos décadas siguientes a la
Guerra Cristera (años cuarenta y cincuenta). Esta violencia era ignorada
deliberadamente por el gobierno, a pesar de la solicitud de protección que
hacían algunas comunidades protestantes. Así pues, la autora conduce su
exposición hacia los casos en los que se observa la participación e influencia
que tuvieron las autoridades y los periódicos en la formación de una cultura
del castigo y medios violentos para resarcir y hacer justicia por los daños
percibidos.
La progresiva alfabetización en el país —dice la autora—
hizo que los periódicos permearan de mayor forma en la narrativa e imagen sobre
el crimen. La prensa fue la que comenzó a utilizar el vocablo importado del
inglés lynching para
referirse a estos actos de violencia colectiva. Además, la información
difundida sobre estos eventos oscilaba entre dos sentidos: por una parte, los
calificaba de barbarie y salvajismo; por otra, dirigía un señalamiento contra
los actores políticos al decir que, mientras no se castigara severamente a
quienes perpetraban “crímenes atroces” y les permitiera seguir en la impunidad,
el pueblo seguiría buscando una forma de defenderse (Kloppe-Santamaría,
G., 2020, p. 158). De esta manera, aparece el papel de la economía moral del
castigo como una cuestión sugerente para las investigaciones actuales sobre el
fenómeno.
Se observa, entonces, que la inclinación a castigar y
hacer justicia por medios violentos era compartida por oficiales de policía y
por población civil. De los primeros, la autora encuentra registros en los que
se dio muerte a presuntos delincuentes con el pretexto de lo que coloquialmente
se conoció como “ley fuga”, que
consistía en la práctica de disparar y, con ello, asesinar a quienes intentaran
escapar de un arresto.
Con ese pretexto, las autoridades a veces ignoraban o
dejaban que la población tomara a presuntos delincuentes para ejecutarlos. Ya
entonces se escuchaba el reclamo de hacer volver la pena de muerte, abolida en
la década de 1930, pues se argumentaba que su abolición generó el incremento de
los “crímenes atroces”, como la violación y el asesinato. Así, la prensa
calificaba como un acto de justicia dar muerte a criminales y castigar
comportamientos incorrectos (Kloppe-Santamaría, G.,
2020, pp. 133, 145, 158, 165).
Los linchamientos fueron un medio para mantener el statu quo de comunidades y el poder entre
ciertos actores locales. Por ejemplo, Maximino Ávila Camacho, gobernador del
estado de Puebla entre 1937 y 1941, se alió con terratenientes, caciques y
élites políticas para controlar a los campesinos agraristas en el estado, permitiendo
la creación de defensas rurales y guardias blancas que actuaran contra ellos (Kloppe-Santamaría, G., 2020, pp. 59, 259). En su discurso
hablaba de unidad nacional y sobre lo negativo del comunismo. Promovía, por
otro lado, la violencia contra sus opositores sustentada en estas mismas ideas.
La autora también menciona el conjunto de rumores y
acusaciones que permitían el uso de la violencia como recurso para dirimir otro
tipo de conflictos. Así, figuras como la brujería, los cortacabezas,
ladrones de grasa y sangre asociadas a lo malvado (wicked) y peligroso podían atribuirse como
el origen de enfermedades o infortunio para las personas.
En las narrativas sobre estos sujetos se observa el
rechazo abierto a lo extraño y a quienes provienen de fuera. Recuerda aquí Gema
Kloppe-Santamaría que las creencias que podrían
rastrearse en narraciones en la historia de México hicieron plausible la
creación de chivos expiatorios contra los que se ejercían formas de violencia
cruentas, como mutilar los cuerpos o quemarlos. Estas acciones no eran sólo
ocasionadas por rumores, sino que se articulaban con otros conflictos
intracomunitarios, venganzas personales y diferencias políticas.
Resulta interesante ver cómo estas gramáticas mediáticas
y políticas permanecen y siguen asociadas a la incidencia de linchamientos, su
relación con la inseguridad y la violencia en el país. Ello nos lleva a pensar
sobre cómo permean la narrativa de los medios y las tecnologías digitales de
comunicación en la representación de lo monstruoso, en las estéticas del
peligro y la seguridad, así como a la figura del rumor en cuanto a cómo las
ideas, creencias y significados que circulan en las comunidades posibilitan
expresiones de violencia.
Gema Kloppe-Santamaría aclara
que los casos que expone no suponen que la única manera de desahogar conflictos
y de responder ante las coyunturas políticas en que enmarca su estudio hayan
sido violentas. Aclaración pertinente que recuerda el argumento de Vicente
Moctezuma (2019, p. 794) sobre cómo la formulación del linchamiento como
expresión popular puede ignorar otras acciones no violentas que existen en los
mismos contextos. De hecho, los comentarios de Moctezuma resuenan con las
elucubraciones de la autora, ya que impelen a pensar en las vinculaciones que hay
entre los linchamientos y las violencias promovidas por el Estado. De esta
manera, dice la autora, no se trata de observar lógicas verticales de
producción y reproducción de la violencia entre Estado y sociedad, sino de ver
de qué manera se complejizan las relaciones en los contextos en que ocurren los
linchamientos.
Situar el fenómeno de los linchamientos en una lectura
historiográfica era una materia pendiente en México. Esta mirada más amplia
robustece la comprensión y los elementos observables en las investigaciones
contemporáneas del tema. Abona también al cuestionamiento de ideas simplistas
de cierta política pública y de la narrativa mediática sobre los linchamientos
como una expresión tradicional de usos y costumbres. Por tanto, la argumentación
sobre cómo los linchamientos han estado vinculados con la modernización y las
intervenciones del Estado nos ayuda a dar más fuerza a la crítica contra las
asociaciones racistas que se hallaban, y aún persisten, en la prensa de
mediados de siglo XX, cuando referían la violencia como algo asociado a
personas indígenas y sin educación. Por otra parte, deja también la intuición
de poner en diálogo etnografías en México relacionadas con las formaciones
institucionales de la política. Aunque la autora recupera algunas
aproximaciones sobre la formación del Estado en México, sería una
tarea interesante pensar en los elementos y trazas metodológicas que pueden
revisarse actualmente para el estudio concreto de los linchamientos.
Finalmente, el libro se coloca como una referencia
obligada para investigar el fenómeno, pues devuelve la necesidad de tenerlo en
cuenta en su dimensión histórica. Además, recuerda prestar atención a las
argumentaciones que ponen demasiado el centro en el Estado y en las autoridades
como causantes y responsables de los linchamientos, debido a su aparente
ausencia en la garantía de seguridad para la población. Se suma así a la
invitación de hacer investigación en los contextos locales y a pensar en los
ensamblajes que involucran negociaciones, tensiones y apropiaciones
institucionales, así como formas locales de distribución de cuerpos y de poder
que revisten la incidencia de este tipo de acciones violentas.
Referencias bibliográficas
Fuentes,
A. y Binford, L. (2001). Linchamientos en México: una respuesta a Carlos Vilas. Bajo El Volcán, 2(3),
143-154.
Kloppe-Santamaría, G. (2020). In the Vortex
of Violence. Lynching, Extralegal Justice, and the State in Post-Revolutionary
Mexico. University of California Press.
Moctezuma,
V. (2019). No sólo ruido y furia. Linchamientos, acciones populares frente a la
inseguridad y economías morales de las violencias. Estudios
Sociológicos, 37(111), 785-802. https://doi.org/10.24201/es.2019v37n111.1806
Vilas,
C. M. (2001). (In) justicia por mano propia: linchamientos en el México
contemporáneo. Revista Mexicana de Sociología, 63(1),
131-160.
Vilas,
C. M. (2002). Linchamientos en México: reflexiones a partir de un comentario. Bajo El Volcán, 2(4),
209-217.
* Licenciado en Comunicación por la Universidad Iberoamericana Puebla;
maestro en Ciencias Sociales y Humanidades por la Universidad Autónoma
Metropolitana Unidad Cuajimalpa. Cursa el doctorado en Antropología social en
la Universidad Iberoamericana Ciudad de México. Su línea de investigación se
relaciona con la violencia colectiva, subjetividades, las políticas locales y
el cambio urbano. Ha trabajado en la difusión de derechos humanos desde la universidad
y la vinculación para proyectos de construcción de paz en el sector público.
Hernández, J. F. (2022). Una
necesaria perspectiva histórica sobre los linchamientos en México. Iberoforum, Revista de Ciencias Sociales,
Nueva Época, 2(2), 1-6, Reseñas, e000244.
https://doi.org/10.48102/if.2022.v2.n2.244
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